El tratamiento de Carboxiterapia consiste en la aplicación de dióxido de carbono por medio de micropunciones con una aguja muy fina. Este tratamiento es eficaz para combatir la celulitis, la grasa localizada o la flacidez.
El dióxido de carbono está presente de forma natural en nuestro cuerpo en todo momento y es esencial para los procesos vitales de los animales y las plantas. Con cada respiración, inhalamos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono. Las plantas absorben el dióxido de carbono que exhalamos y devuelven el oxígeno a la atmósfera.
Mediante la aplicación del dióxido de carbono (CO2), nuestro cuerpo segrega sustancias neurotransmisoras que permiten la relajación del tejido subcutáneo y una dilatación vascular.
Estas sustancias ayudan a mejorar el riego sanguíneo aumentando la oxigenación de la zona tratada, haciendo que los glóbulos rojos recojan todo el exceso de CO2 que hemos inyectado para que pueda ser llevado de nuevo a los pulmones para su eliminación del cuerpo con la siguiente exhalación.
Como consecuencia tendremos reducción de la grasa acumulada y, por consiguiente, de la celulitis, así como de las estrías y cicatrices.